Existen profesiones en las que se le da una gran importancia al legado, el oficio de barbero es una de ellas.
Hay muchos factores que nos hacen escoger un barbero. El local, el tipo de servicios que se ofrecen, el trato con el cliente o el precio son algunos de ellos, y todos dependen directamente del propio barbero, más que si ha conocido la profesión o no desde niño.
Por lo tanto, tenemos que profundizar más para poder resolver si es mejor barbero quien conoce la profesión desde pequeño o la aprende siendo ya adulto.
Un barbero proveniente de una familia de barberos conoce el oficio desde pequeño, sabe todos los secretos de esta profesión ya que ha formado parte de su vida desde niño, mientras que un barbero que ha aprendido la profesión de adulto ha escogido lo que quiere ser, se ha formado para cumplir su sueño.
Cada uno se ha convertido en lo que es en la actualidad de una forma, uno como resultado de algo que ha formado parte de su vida desde que nació, otro como resultado de una elección personal entre muchas otras opciones.
Sin embargo, como ya hablamos en otra entrada de este blog, un barbero no sólo tiene que saber cortar el pelo o arreglar la barba. Un barbero de verdad tiene que demostrar su pasión por este oficio desde que un cliente entra por la puerta de la barbería hasta su próxima visita.
Repetir durante 25 años lo mismo no te convierte en un profesional, simplemente copias y pegas sin crear nada tuyo, nada nuevo. En la formación y las ganas de superación estará el secreto para ambos. Por lo tanto, no importa si ha sido barbero por legado o por elección, no importa si ha conocido este oficio desde niño o si lo ha descubierto con los años.
Lo que realmente importa es que el barbero tenga pasión por este oficio, que haga bien su trabajo y que consiga que sus clientes queden satisfechos con su experiencia en la barbería, indistintamente de cómo haya aprendido esta profesión.
Aprender y desarrollar el arte de la barbería es como aprender a degustar un buen vino, necesita años de práctica, dedicación, análisis y pasión. Solo cuando se realiza desde el corazón podremos transmitirlo a nuestros clientes. Así pues, vengan de cuna o de vocación, hagamos lo que más nos gusta hacer.
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