Para comenzar la palabra lampiño es de origen incierto. No obstante para algunos estudiosos podría estar vinculada con el verbo del latín: lampare (brillar) que está vinculado además con lampas, lampadis cuyo significado es luz, antorcha, lámpara y también resplandor y luz del día.
Para muchos hombres esto es un problema. Sobre todo cuando ven que no tienen barba o tienen muy poca.
Uno de los factores para tener en cuenta es el genético ya que es el 50% responsable de esto, y el otro 50% tiene que ver con el medio, el estilo de vida que se lleva, la medicación que estén tomando y el balance hormonal.
En el caso del factor hereditario se ha comprobado que quienes tienen problemas de crecimiento del vello facial es porque han tenido lo que se denomina pubertad tardía. No obstante si los ascendientes directos, o sea, el padre tiene barba, entonces existe un 50% de probabilidades de que esa persona también la tenga.
El otro factor importante es el hormonal ya que la aparición del vello facial y su producción tiene que ver con la testosterona. Por esa razón se puede acudir a un médico endocrinólogo que es quien puede ayudar para que se produzca el crecimiento de la barba.
También existe la posibilidad del implante de barba que se ha comenzado a realizar hace años, pero que en los últimos tiempos ha ido en un aumento del 30 al 40% no solo en países de Latinoamérica, sino también en Inglaterra y algunos otros países de Europa.
El procedimiento es simple ya que se implantan pelos de la nuca del paciente en la zona de la cara. Pueden usarse asimismo pelo del pecho, brazos o piernas. En estos últimos casos al ser implantado no va a crecer más de 5 centímetros, lo que crecía en su lugar de origen.
La moda de los metrosexuales llevó a muchos hombres a hacerse depilaciones definitivas para ser lampiños. Hoy la moda de los hipsters vuelve a poner en primer plano las barbas en la cara.
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